Rodeado de plantas y macetas, como siempre, la tarde ha pasado muy rápido. Entre una cosa y otra, al final, he podido comprobar cómo los limones del huerto si tienen alguna que otra plaga, pero, completamente soportable. El ácaro del bigote rojo haciendo estragos y zampando citoplasmas por doquier, all´ña donde piquen, allá donde se muevan. Es gracioso ver que, algo tan insignificante, supone la dieta para un sinfín de individuos y nosotros, tan grandes que somos, no podemos tolerar una pequeña mancha en la punta de un limón. Sinceramente, debemos hacer reflexión y sospesar si tantas cosas a las que estamos acostumbrados valen realmente la pena.
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