No hay cosa que me fastidie más que tener que levantarme de la mesa cuando estoy comiendo. Pero que te vayas a la nevera a buscar tus salchichas preferidas de queso y no las encentres por ninguna parte, eso si que realmente me amarga. Si descubro quien ha sido, me lo cargo.
Al final, tampoco es tan malo cenar un poco de coca y unas endivias. No está mal.
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