Vuelven de nuevo los colores de la meseta: el marrón y el ocre de las gramíneas y la tierra fértil. Un alto en el camino para comprar algo de beber, que empieza a hacer calor.
En realidad, no vamos por la nacional VI, pero había que salir de la autovía. Estoy deseando llegar al hotel para asegurar la visita a un tercer patrimonio de la humanidad de los que no tenía en mi lista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario